Con
14 años jugagaba a mecánico de motos son su Vespa, Francesca estudió
arquitectura y trabajo con su padre en Roma. Después abrió su propio estudio de
arquitectura dedicado a rehabilitación de apartamentos. Una vez que alcanza
cierta fama como arquitecto de repente decide cambiar toda su vida y dedicarse
a su pasión….. las motos, esa pasión nunca se había desvanecido. Necesitaba
algo más, la emoción de una carrera y la emoción de competir, así que decidió
dedicarse a las motos de competición.
A su padre no le importo demasiado esta afición, porque pensaba que iba a ser paracaidista, así que la animó en su elección.
El
problema comienza cuando entra en el entorno motociclístico, cuando tiene que
encontrar un equipo, una moto, mecánicos, toda la asistencia necesaria para
garantizar su tranquilidad y seguridad, y un patrocinador… Pero todas estas
dificultades no disuadieron a Francesca que con su determinación y entusiasmo
logró varios terceros puestos en el campeonato femenino y así obtuvo la
oportunidad de competir por el título.
En
1990 hace aparición en los campeonatos italianos, ha corrido en Brands Hatch, Mallory Park, Snetterton, Cadwell Park y Monza, entre otros..
Durante
una carrera en Vallelunga en 1991 sufre un accidente, se rompe diez costillas,
el cubito y el brazo izquierdo, termino con dos placas y doce tornillos
insertados en su brazo.
Estuvo fuera de juego durante 4 meses que no lograron desanimarla. Tras su recuperación un año más tarde decide participar en el Tourist Trophy en la Isla de Man. Comenzó a estudiar la ruta, a prepararse físicamente y mentalmente, desgraciadamente el motor de su Aprilia 125 se engarrotó y adiós carrera.
Estuvo fuera de juego durante 4 meses que no lograron desanimarla. Tras su recuperación un año más tarde decide participar en el Tourist Trophy en la Isla de Man. Comenzó a estudiar la ruta, a prepararse físicamente y mentalmente, desgraciadamente el motor de su Aprilia 125 se engarrotó y adiós carrera.
Francesca quería participar en el TT costara lo que costara,
y finalmente en 1993 debuta con una Kawasaki 400, y casi le cuesta la vida al
perder el control y chocar con un muro.
“Es el mejor circuito del mundo, 60 km a través de aldeas, bosques,
campiña y hermosas colinas. Además de eso se puede correr a alta velocidad. ¿Por
qué iba alguien a levantarse a las 4 de la mañana con lluvia y frio para
empezar una carrera? Ninguna otra pista en el mundo puede ofrecer las mismas
emociones y los pilotos que están acostumbrados a ganar un título saben muy
bien lo que digo”
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